Probablemente el uso habitual de conceptos tópicos y la
confianza ciega en su bondad proviene de la inseguridad generada
por un limitado nivel de conocimiento sobre los asuntos
que se tratan, escasa reflexión sobre los mismos y en consecuencia,
débil criterio final.
Es más cómodo embutirse en el mismo atuendo cada día (en vez de
repensarlo a las puertas del ropero) porque así basta con pensar una
sola vez. Es más cómodo comprar en el mismo supermercado, con la
misma frecuencia y siempre los mismos artículos porque así la visita a
la tienda o a la web –con pequeños afinamientos- se vuelve día a día
más eficiente en tiempo y resultados.