En 1989 aprobé las oposiciones de Psiquiatra
al Sistema Nacional de Salud.
Mi primer destino fue Lugo y mi primer
paciente Carlos. Desde el primer
momento me llamó mucho la atención
su quijotesca figura, su melena
rubia rizada y sus gafas de concha, además de
una personalidad nada corriente para una persona
con sus problemas psiquiátricos.