Cuando algunos pensaban que la charcutería tradicional o innovada iba a dar paso a nuevas formas de consumo, más estudiadas y trabajadas, las restricciones generadas como consecuencia de la pandemia del COVID, la mayor presencia en casa y la facilidad de su preparación han impulsado el consumo de embutidos y productos cárnicos curados en la mayor parte de los hogares. Los procesados
cárnicos triunfan de nuevo.