Este artículo analiza los cambios en el entorno económico, y especialmente en el mercado alimentario, que se han producido durante los últimos meses como consecuencia de la COVID-19. Por una parte, tomando como referencia los objetivos de política económica, se hace una revisión de los principales indicadores sobre la evolución de los precios, el empleo y el crecimiento económico atendiendo, además, a la distribución de la renta y la calidad de vida. Además, los efectos de la generalización de la pandemia llegan hasta el mercado alimentario y, en consecuencia, los patrones de consumo varían notablemente en el mercado alimentario (frutas, verduras, pescado y carne). Por último, se añaden argumentos para recalcar que el comercio es una actividad esencial para cualquier economía y sociedad.
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