Aunque Julio Camba escribió que “una
sardina, una sola, es todo el mar” no se
le ocurrió pensar que con los avances
de la civilización una sola sardina podía
llegar a ser un lujo inalcanzable. Camba
recomendaba que no se comiese
nunca menos de una docena y daba
instrucciones de cómo comerlas, dónde
y con quién. El problema es que el popular dicho de que
si las sardinas escaseasen serían más caras que el caviar,
está amenazándonos gravemente, porque la población de
sardina ibérica, la que se pesca en las aguas de España y
Portugal, está descendiendo a tal velocidad que debido a
su escasez el Consejo Internacional para la Exploración
del Mar (CIEM) ha recomendado la veda absoluta de su
pesca en las aguas ibéricas del Atlántico (Golfo de Cádiz,
Portugal y Cantábrico).