La agroindustria cárnica, uno de los más vigorosos sectores de nuestra economía, se enfrenta a un desafío que puede comprometer su viabilidad. Debe afrontar la mala percepción que se genera sobre su ética y métodos productivos, fruto de la crítica surgida de organizaciones prestigiosas y activistas, en este contexto de completa transparencia que proporciona la comunicación digital. Consumidores atraídos por cuestiones como la salud, y valores como el bienestar animal y el respeto al medioambiente, empiezan a cambiar hábitos y elegir productos de más atractivo emocional en detrimento de la carne y sus derivados. El sector debe de asumir la función de comunicación como un área estratégica para cumplir con sus objetivos de negocio, para defender su reputación y garantizar su sostenibilidad.