En este artículo se Identifican ciertas paradojas que son difíciles de justificar
en el consumo de los productos pesqueros. En una época de máxima
información disponible de cualquier índole, resulta que el consumidor de
pescados necesita más información, o la que encuentra no le resuelve sus
dudas. Muchos consumidores confiesan no llevar una alimentación sana,
pero no se esfuerzan en cambiar su modelo vital. Vivimos en un país de
larga tradición alimentaria con componente pesquero, tenemos 8.800 kms
de costa y pudieran parecer que vivimos de espaldas a nuestras costas y a
sus productos.
El consumo sigue descendiendo y sus consecuencias las sufren los armadores,
las localidades costeras, los operadores que intervienen en la cadena
de valor y hasta los propios consumidores. Todos estamos afectados por
esta situación. Todos deberíamos ponernos de acuerdo en cómo revertir la
situación.