Durante 2022, todos los sectores económicos se encuentran inmersos en un entorno cambiante que todavía acusa el esfuerzo de recuperación por conseguir unos niveles de actividad similares a los existentes antes de la pandemia pero que se encuentran con los efectos del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania que ha supuesto una crisis energética global con una elevación de los costes y los precios. Bajo esa complejidad macroeconómica, la industria de alimentación y bebidas ha afrontado el año 2022 con una subida de los costes de producción y, por tanto, efectos negativos sobre los resultados empresariales.
Como resultado, y a pesar de las dificultades de este escenario, la industria alimentaria ha aumentado la producción por encima del 17% pero una vez aplicado el factor de corrección de los precios esta cifra se reduce a un crecimiento del 1,5%. El valor añadido bruto también ha experimentado un buen comportamiento, representa el 19,3% de la industria manufacturera y cerca de un 2,5% del total de la economía española, tal y como recoge la información que aporta la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB).
En 2022, la producción de la industria de alimentación y bebidas alcanzó un valor de 181.123 millones de euros, con un avance significativo del 17,3% frente al ejercicio anterior, pero cerca del 90% del incremento de esa facturación corresponde al crecimiento de los costes de producción (la inflación en costes se cuantifica en un 15,6%, la más elevada en los últimos catorce años). Los cálculos de la FIAB, descontando el efecto de los precios, sitúan la producción en un valor próximo a los 145.000 millones de euros, con un avance de 1,5%. Respecto al valor añadido bruto, la industria de alimentación y bebida avanza un 4,1%, inferior al conjunto de la industria (11,7%). Con estas cifras, la actividad de esta rama industrial supone cerca del 2,5% valor añadido bruto nacional y representa el 14,0% del conjunto de la industria española y el 19,3% de las manufacturas.