El último eslabón de la cadena alimentaria, hasta llegar a los consumidores y consumidoras, es el comercio minorista y la hostelería y restauración. Dos importantes sectores, con bajos niveles de concentración que, los convierte en parte importante de la economía española.
Con carácter general, en el conjunto de la estructura distributiva se advierte una significativa participación de las actividades minoristas de alimentación. Sobre el total de empresas dedicadas al comercio detallista, un 19,4% se asocia al comercio de alimentos y bebidas en establecimientos especializados conforme a los datos del DIRCE que elabora el INE; revisando el número de locales, se estima que existen en torno a 105.372 vinculados al comercio especializado de alimentación y bebidas.
Atendiendo al conjunto de la población, se calcula que existen en España 2,2 locales comerciales especializados en comercio de alimentación y bebida por cada 1.000 habitantes. En cuanto a las comunidades autónomas, destaca una dotación por encima de la media en los casos, por ejemplo, de País Vasco (2,8 locales/1.000 habitantes) y Cataluña, Navarra y Castilla y León (2,6 locales/1.000 habitantes en los tres casos).
Respecto a la hostelería y restauración, conforme a la información ofrecida por la consultora NPD Group (recientemente fusionada con IRI, que han creado la nueva empresa Circana), en 2002, el gasto de los españoles en restauración -bares, restaurantes, establecimientos de comida rápida y otros canales periféricos como el vending, gasolineras o comedores de empresa- sumó 37.600 millones de euros, lo que representa un aumento cercano al 30% respecto al año anterior. Este buen resultado se fundamenta en la progresiva recuperación de las visitas a los establecimientos, así como a la subida de precios al consumidor final como consecuencia del encarecimiento de costes.
Toda esta información sobre la estructura del comercio minorista, evolución de sus ventas y el sector HORECA, está disponible en el anuario Alimentación en España.