Desde hace unas décadas, los estudios sociales sobre la alimentación han identificado múltiples signos de malestar de la ciudadanía con el sistema alimentario, algo también respaldado por una sociedad civil organizada que reivindica la revisión del funcionamiento de un sistema globalizado por sus graves efectos negativos sobre la salud humana y la del planeta. Teniendo en cuenta este contexto, el presente trabajo tiene como objetivo mostrar en qué medida el sistema alimentario español resulta satisfactorio a la ciudadanía o si estamos ante una respuesta emocional de desencanto.
Para alcanzar este objetivo se analiza el grado de satisfacción de la población respecto a los agentes que conforman el sistema alimentario preguntándoles acerca de lo que come, lo que se cocina en casa, lo que se cocina en los restaurantes, la forma de comprar y vender los alimentos, la forma de producirlos y la forma de empaquetar y transformar en la industria los alimentos. Los datos que se presentan proceden de la encuesta ENCALMA2024, enmarcada dentro del proyecto “El malestar con la alimentación: la transición hacia una alimentación saludable, sostenible y justa” financiada por la Agencia Estatal de Investigación en la Convocatoria 2021 de “Proyectos de Generación de Conocimiento” (Referencia PID2021-122721OB-C21).
Los resultados revelan que los niveles generales de satisfacción son elevados, muy especialmente en aquellas áreas del sistema en las que la ciudadanía manipula directamente el alimento como comensal o como cocinero. Sin embargo, el malestar aumenta en aquellos eslabones de la cadena sobre los que se carece de control, la producción, la distribución y especialmente la industria, ámbitos que resultan opacos a la ciudadanía y generan desconfianza en especial en ciertos perfiles de individuos.