“Ave que vuela a la cazuela” y como casi todas vuelan pues casi todas son comestibles. Es verdad que no todas vuelan igual. Ni igual de rápido, ni igual de alto, pero para cada una hay un sistema idóneo de captura y como el hambre hace desarrollar el ingenio, métodos variados se utilizaron desde muy pronto para poder disponer de una carne relativamente fácil de conseguir.