Mientras se adentraba por la calle Azabacherías, el poeta iba pensando en su próximo poemario: “De puntillas por los bares”, a pesar de que sólo hacía unos días que había ganado el premio Hiperión con “Poemas del mercado”. Al llegar a la plaza de San Martín, sintió ganas de tomarse un vino, y en eso estaba cuando alguien le tocó la espalda.
Descargar